Se cumplen 107 años de la extinción de la paloma migratoria americana, víctima de la brutal cacería del hombre

Se cumplen 107 años de la extinción de la paloma migratoria americana, víctima de la brutal cacería del hombre

2021/09/01 a las 12:56 AM 0 Por Redacción

El 1 de septiembre de 1914 murió la última paloma migratoria americana (Ectopistes migratorius), una de las aves más espectaculares del mundo, aseguran desde la organización de conservación de la naturaleza y el medio ambiente SEO/BirdLife. Los «gigantescos bandos de millones de ejemplares de la especie dejaron atónitos a los primeros europeos que recorrieron América del Norte».

Hace ya 107 años cuando en el zoológico de Cincinnati el último ejemplar conocido, una hembra apodada «Martha» murió.

La última de las palomas migratorias vivió sus últimos años sola y sin posibilidad de reproducirse, ya que esta ave, al ser colonial y gregaria, se cree que solo comenzaba la nidificación cuando el número de congéneres que la rodeaba era de miles de ellos, explica Pedro Cáceres, socio de SEO/BirdLife y miembro del gabinete de comunicación de la ONG.

El último avistamiento (y muerte) de una paloma salvaje data de 1900, en el condado de Pike (Ohio). De 1909 a 1912, la Unión Americana de Ornitología ofreció 1.500 dólares a cualquier persona que encontrara un nido o colonia de anidación de la especie. Nunca obtuvo resultados positivos.

Se piensa que la paloma migratoria americana llegó a representar entre el 25% y el 40% de la población total de aves de los Estados Unidos: había entre 3.000 y 5.000 millones de ejemplares en el momento en el que los europeos descubrieron América, según datos del Instituto Smithsoniam.

La caza y la pérdida de hábitat precipitaron el declive de la especie, que era sumamente escasa a finales del XIX. Las palomas se convirtieron en una apreciada fuente de comida y un recurso perseguido «industrialmente» para abastecer a un gran circuito comercial.

«No había leyes que restringieran el número de palomas que podían matarse ni los métodos de captura», subraya Cáceres. Al tener hábitos comunales, resultaban fáciles de atrapar. Se disparaba a los adultos en los nidos y se tiraba al suelo a los pichones gracias a palos largos. Se las cogía por miles colocando ollas de fuego y azufre bajo los dormideros para que el humo les aturdiera y se desplomaran sobre la tierra.

Ligera y veloz


La principal zona de nidificación de la paloma migratoria estaba en la región de los Grandes Lagos y el este de Nueva York. Las principales áreas de invernada se extendían desde Arkansas hasta Carolina del Norte y su rango migratorio iba desde el centro de Ontario, Quebec y Nueva Escocia hasta las tierras altas de Texas, Louisiana, Alabama, Georgia y Florida.

Su hábitat estaba constituido por bosques mixtos de frondosas. Dependían de ellos para anidar en primavera y como refugio invernal para encontrar comida. Las bellotas, castañas, hayucos, semillas y bayas eran el pilar de su dieta, que se completaba con insectos en primavera y verano.

Su morfología iba acorde con sus características viajeras, con un vuelo descrito como ligero, veloz y con gran maniobrabilidad. La cabeza y el cuello eran pequeños; la cola larga y en forma de cuña, y las alas, largas y puntiagudas, impulsadas por grandes músculos pectorales que le daban capacidad para el vuelo prolongado.

FUENTE: ABC.ES

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