Cuando el amor gatuno tocó a mi puerta

2021/02/20 a las 3:05 AM 3 Por Eliana García

Era una noche de martes, en mayo. Luego de una agotadora jornada de trabajo, estaba por fin en casa. Y ahí impávida, pero con un suave ronronear estaba ella. Su blanco y frondoso pelaje eran la estampa perfecta para lo que era: Tita, la gatita, la reina de la casa.


De pronto, un maullido suave pero agudo, llamó mi atención y la de Tita. Salí y busqué de dónde venía el sonido. Sabía que era un gato bebé. Al abrir la puerta estaba ahí, tan pequeño, que cabía en mi mano. Fue amor a primera vista.

Tan pronto entró a casa, supo que era su nuevo hogar pues de inmediato reconoció cada rincón. Con cuidado lo observé y con tristeza pude comprobar que no tenía bigotes y su colita estaba partida. En ese momento pensé “¡cuánta maldad! ¿Quién es capaz de hacerle eso a una tierna criatura?


¿Y la reina? En un principio se sintió destronada, pero luego comprendió que él era uno más de sus súbditos, pues seguía con sus ínfulas de ser la primera gata en casa y eso nadie se lo iba a quitar.

Día a día ese pequeñín, conforme iba creciendo, demostraba su forma de actuar: tierno, sociable, gentil y juguetón. A diferencia de muchos mínimos, él sí entiende por su nombre: Tito (no podía ser de otra manera, la versión masculina del nombre de su hermana de crianza) .


De esa bolita de pelos que cabía en mi mano, ya no queda nada. Es un gato bonachón y hoy, luego de 8 años de haber “tocado mi puerta y mi corazón”, ese regordete me acompaña en mis buenos y malos momentos.


Me da sus besos gatunos al parpadear mirándome. Y una que otra caricia de esas que marcan la piel, pero que alegran el espíritu. Sus ronroneos son la mejor terapia para calmar un mal día y sus ocurrencias me sacan una sonrisa.


Y ahí está Tito con su mirada enamorada, de esas que me hace solo a mi cuando está en mi regazo. Fueron esas miradas las que me enseñaron el verdadero amor. El cariño gatuno. Ese amor que deja pelitos en la ropa, pero alegría en el alma.

#DiaInternacionaldelgato

Compartir artículo