Tres décadas perdidas en la lucha contra el cambio climático: el 2020 y el COVID-19 nos han dado un ultimátum. ONU advierte

Tres décadas perdidas en la lucha contra el cambio climático: el 2020 y el COVID-19 nos han dado un ultimátum. ONU advierte

2021/04/20 a las 2:31 AM 2 Por Redacción

El clima extremo combinado con COVID-19 fue un doble golpe para millones de personas en 2020, pero ni la desaceleración económica relacionada con la pandemia logró frenar los impulsores calentamiento global y sus impactos que se cada vez se aceleran más, asegura un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial.

El informe anual de la Organización, El Estado del Clima Global, confirma como el 2020 fue uno de los tres años más cálidos registrados, a pesar del enfriamiento que causa naturalmente el fenómeno de La Niña que estuvo presente. La temperatura media global este año fue de aproximadamente 1,2 ° Celsius por encima del nivel preindustrial (1850-1900).

Además, los seis años transcurridos desde 2015 han sido los más cálidos registrados, y 2011-2020 fue la década más cálida registrada.

“Han pasado 28 años desde que la Organización Meteorológica Mundial emitió el primer informe sobre el estado del clima en 1993, debido a las preocupaciones planteadas en ese momento sobre el cambio climático… Tenemos 28 años de datos que muestran aumentos significativos de temperatura en la tierra y el océano, así como otros cambios como el aumento del nivel del mar, el derretimiento de hielo marino y glaciares y cambios en los patrones de precipitación. Esto subraya la solidez de la ciencia climática basada en las leyes físicas que gobiernan el comportamiento del sistema climático”, afirma el secretario general de la agencia, Petteri Talas.

El experto recalcó que todos los indicadores climáticos clave y la información ofrecida por el informe destacan el incesante y continuo cambio climático, una creciente ocurrencia e intensificación de eventos extremos y graves pérdidas y daños que afectan a las personas, las sociedades y las economías.

“La tendencia negativa en el clima continuará durante las próximas décadas independientemente de nuestro éxito en la mitigación. Por tanto, es importante invertir en adaptación. Una de las formas más poderosas de adaptarse es invertir en servicios de alerta temprana y redes de observación meteorológica. Varios países menos desarrollados tienen importantes lagunas en sus sistemas de observación y carecen de servicios meteorológicos, climáticos y de agua de última generación”, advirtió el jefe de la agencia de la ONU.

Principales datos del informe


Gases de invernadero


Las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2019 y 2020. Las fracciones molares de dióxido de carbono (CO2) promediadas a nivel mundial ya han superado las 410 partes por millón (ppm), y si la concentración de CO2 sigue el mismo patrón que en años anteriores, podría alcanzar o superar las 414 ppm en 2021.

El océano


El mar absorbe alrededor del 23% de las emisiones anuales de CO2 antropogénico a la atmósfera y actúa como amortiguador contra el cambio climático. Sin embargo, el CO2 reacciona con el agua de mar, reduciendo su pH y provocando la acidificación del agua. Esto a su vez reduce su capacidad para absorber CO2 de la atmósfera. La acidificación y desoxigenación de los océanos ha continuado, afectando los ecosistemas, la vida marina y la pesca, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

La criosfera


Desde mediados de la década de 1980, las temperaturas del aire en la superficie del Ártico se han calentado al menos dos veces más rápido que el promedio mundial. Esto tiene implicaciones potencialmente grandes no solo para los ecosistemas árticos, sino también para el clima global a través de diversas reacciones, como el deshielo del permafrost que libera metano a la atmósfera.

La extensión mínima del hielo marino del Ártico en 2020 después del derretimiento del verano fue de 3,74 millones de km2, lo que marca solo la segunda vez registrada que se redujo a menos de cuatro millones de km2. Además, se observaron extensiones récord de hielo marino en los meses de julio y octubre. Las altas temperaturas récord al norte del Círculo Polar Ártico en Siberia provocaron una aceleración del derretimiento del hielo marino en los mares de Siberia Oriental y Laptev, que vieron una ola de calor marina prolongada.
Una pérdida de 200 gigatoneladas de hielo al año corresponde aproximadamente al doble de la descarga anual del río Rin en Europa.

Inundaciones y sequías


En 2020 se produjeron fuertes lluvias e inundaciones en gran parte de África y Asia. Este clima afectó a gran parte del Sahel y el Gran Cuerno de África, lo que provocó un brote de langostas del desierto. El subcontinente indio y las zonas vecinas, China, la República de Corea y Japón, y partes del sudeste asiático también recibieron precipitaciones anormalmente elevadas en diversas épocas del año.

En contraste, la sequía severa afectó a muchas partes del interior de América del Sur en 2020, siendo las áreas más afectadas el norte de Argentina, Paraguay y las áreas fronterizas occidentales de Brasil. Las pérdidas agrícolas estimadas fueron cercanas a los tres mil millones de dólares en Brasil, con pérdidas adicionales en Argentina, Uruguay y Paraguay.

Calor e incendios


En una gran región del Ártico siberiano, las temperaturas en 2020 fueron más de 3° C por encima del promedio, con una temperatura récord de 38° C en la ciudad de Verkhoyansk. Esto fue acompañado por incendios forestales prolongados y generalizados.

En el Caribe, las grandes olas de calor ocurrieron en abril y septiembre. Cuba registró un récord de temperatura nacional de 39,7 ° C el 12 de abril. Más calor extremo en septiembre supuso récords nacionales o territoriales establecidos para Dominica, Granada y Puerto Rico. Las olas de calor afectaron a Australia, Japón y Europa, así también el medio oriente alcanzando temperaturas de 52 grados.

Ciclones tropicales


Con 30 tormentas con nombre, la temporada de huracanes del Atlántico Norte de 2020 tuvo la mayor cantidad registrada de la historia de estos fenómenos.

Hubo un récord de 12 tormentas tocando tierra en los Estados Unidos, rompiendo el récord anterior de nueve. El huracán Laura alcanzó una intensidad de categoría 4 y tocó tierra el 27 de agosto en el oeste de Luisiana, lo que provocó daños importantes y pérdidas económicas por valor de 19.000 millones de dólares. Laura también estuvo asociada con extensos daños por inundaciones en Haití y la República Dominicana en su fase de desarrollo.

Hambre
Después de décadas de declive, el aumento del hambre está siendo impulsado desde 2014 por el conflicto y la desaceleración económica, así como por la variabilidad climática y los fenómenos meteorológicos extremos.

Casi 690 millones de personas, o el 9% de la población mundial, estaban desnutridas, y alrededor de 750 millones, o casi el 10%, estuvieron expuestas a niveles severos de inseguridad alimentaria en 2019. Entre 2008 y 2018, los impactos de los desastres costaron más de 108.000 millones de dólares en producción agrícola y ganadera dañada o perdida en países en desarrollo. El número de personas clasificadas en situaciones de crisis, emergencia y hambruna aumentó a casi 135 millones de personas en 55 países en 2019, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y el Programa Mundial de Alimentos.

Los efectos de la pandemia de COVID-19 paralizaron la agricultura y los sistemas alimentarios, invirtieron las trayectorias de desarrollo y obstaculizaron el crecimiento económico.

Desplazamiento


Durante la última década (2010-2019), los eventos relacionados con el clima provocaron un promedio de 23,1 millones de desplazamientos de personas cada año, la mayoría de ellos dentro de las fronteras nacionales, asegura el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos.

TEXTO PUBLICADO POR LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS.

FOTOS: FREEPIK.ES

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